Por Claudio Ramírez (Escritor Cooperativista)
Observando el panorama de Coopherrera y su modo de operar, nos sorprendemos mucho del tipo de operaciones y la forma de ejecución de las mismas y aunque no comulgamos con las cosas mal sanas, evidenciamos fuertes ataques por parte de sectores financieros buscando sacar provecho del suceso.
Si analizamos los últimos 20 años se evidencia un descredito en la banca comercial, por la quiebra de importantes monstruos financieros tales como BANINTER, BANCREDITO, BANCO PERAVIA e incluso la liquidación de los activos del BANCO ACTIVO entre otros, lo que evidencia una clara muestra de que no solo necesitamos controles y supervisión para hacer que las entidades funciones, más que eso se necesita voluntad y a pego a las buenas prácticas y es pero ello que nos surge la pregunta cuantas entidades financieras reguladas existen y que tan eficiente es esa regulación.
En artículos anteriores hemos dejado evidenciado la debilidad del marco jurídico de las cooperativas y del ente regular, la Ley 127-64 está obsoleta y el IDECOOP es micro ante un sector que ya es macro, estas son las debilidades del sector cooperativo dominicano ya que el órgano oficial tienen como objetivo fiscalizar a mas de 1,800 cooperativas con un personal de supervisión de 150 profesionales en esa materia aproximadamente lo que presenta un panorama de 12 cooperativas por oficial al año aproximado, evidenciando un déficit de personal.
Pero entrenado al contexto de COOPHERRERA surgen muchas interrogantes, tanto para los órganos de dirección y control como para el ente oficial ¿Donde estuvieron los auditores del IDECOOP, ante este Crecimiento anual desproporcionado? ¿Donde estuvieron los técnicos del IDECOOP en cada Asamblea donde no se elegían Comité de crédito?
¿Dónde estuvo el consejo de vigilancia de esta cooperativa, Porque no ejerció el derecho a Veto de las resoluciones emanadas? ¿Por qué Vigilancia no convoco una asamblea extraordinaria para debatir el modo en que operaba el consejo de administración, si la ley le faculta? ¿Cómo Obtuvo el director ejecutivo todo ese poder, sin ser ratificado por la asamblea?, estas son parte de las interrogantes que nos surgen como cooperativista de trayectoria.
Al observar el esquema se evidencia muchas anomalías y errores no solo por parte de la cooperativa, sino también del órgano de supervisión en eventos tan evidentes como la Unidad de Análisis Financiero (UAF) entre otras, siendo estas algunas de las inobservancias más evidentes en este caso, lo que ha servido de plataforma para desacreditar el sector cooperativo.
Debemos de resaltar las bondades de las cooperativas en las comunidades donde este brinda soluciones, agricultores, comerciantes, motoconchos, pequeños empresarios, entre otros siendo esta la única economía que es social y solidaria.
Este desconocimiento del sector se debe a que no promocionamos nuestro accionar, a que no expandimos nuestras informaciones a los no cooperativistas, a que la mayoría de las cooperativas no posee un plan de relaciones públicas, a que los órganos de integración tampoco son promovidos, pero también a que el ente oficial no posee el presupuesto necesario para hacer públicas sus actividades, en todos los aspectos, pero también al poco cumplimiento que se le da al compendio de ley en el país por citar algunas, Ley 28-63, que declara de manera obligatoria la enseñanza del cooperativismo en las escuelas y universidades, también el decreto que ordena la creación de un departamento de apoyo Ministerio de Educación, a las cooperativas escolares en las escuelas públicas del país.
Queremos concluir con la petición a los honorables congresistas y al poder ejecutivo que permita el avance y la creación de una nueva normativa de ley y la transformación del IDECOOP, para que sirva de fortalecimiento a la economía dominicana, en especial a la economía solidaria y social.
Para que casos como el de COOPHERRERA y COOPOPULAR no vuelvan a ocurrir en el sector cooperativo dominicano y mucho menos que las cooperativas sea objeto de críticas mal intencionadas por parte de sectores financieros de la vida diaria.